LAS FORMACIONES ESPELEOTÉMICAS DEL ALJIBE FONDERO DE TERUEL.
El Aljibe Fondero, situado bajo la céntrica plaza del Torico sorprende por la presencia de abundantes formaciones carbonatadas, que han ornamentado su bóveda y paredes.
Se trata de estalactitas y otras acumulaciones de difícil catalogación
que podriamos catalogar como espeleotemas, precipitaciones minerales secundarias formadas en cuevas a partir del carbonato cálcico disuelto previamente en agua. La diferencia respecto a los espeleotemas propiamente dichos es doble: por una parte, no se han generado en una cueva Kárstica natural sino en una cavidad construida por el hombre y, por tanto y ésta es la segunda diferencia, el techo y las paredes están constituidas por muros de cal y canto y no por rocas calizas in situ.
La presencia de estas formaciones es interesante desde una perspectiva científica, tanto geomorfológica y ambiental, como arqueológica e histórica. Los espeleotemas desarrollados en el interior del aljibe constituyen marcadores excepcionales de la evolución de la cavidad. Su análisis permitiría establecer una secuencia evolutiva constituida por varias etapas de crecimiento bien datadas e investigar sobre los factores de control, sean aquí de índole climática o funcional.
Pero además, desde un punto de vista pragmático, los espeleotemas constituyen un valor añadido para el aljibe, un elemento que le dota de singularidad e incrementa su atractivo turístico y la potencialidad didáctica del proyecto museístico . Reclamos turísticos similares se utilizan en la información suministrada sobre algunos monumentos arquitectónicos, como el Lincoln Memorial in Washington D.C o el Kansas State Capitol, entre otros ejemplos.
Lamentablemente y pese a los esfuerzos que en su momento se hicieron por minimizar la intervención en lo posible, durante las fases de limpieza y saneamiento de las paredes del aljibe se eliminaron o se desprendieron muchas de las formaciones espeleométicas, de manera que las que hoy se conservan y podemos observar constituyen una mínima parte de las existentes en origen.
DESCRIPCIÓN DE LAS FORMAS ESPELEOMÉTICAS EN EL ALJIBE:
Cuando el agua procedente de una fisura desemboca en un conducto aéreo, alrededor de la gota precipita una finísima capa de calcita , el agua va circulando por el interior de estos pequeños tubos haciéndolos cada vez más largos produciéndose poco a poco el crecimiento de una concreción cilíndrica hueca de poco espesor y por cuyo interior continua circulando el agua.
De esta forma, la estalactita formará una pared que tendrá entre 0,1 y 0,5 mm de espesor. Este tipo de crecimiento se llama crecimiento primario. Cuando por algún motivo estos tubos se obstruyen o se produce algún cambio, el agua pasa a deslizarse por el exterior engrosando la formación, se produce entonces el crecimiento secundario de la estalactita.
Si la estalactita tiene un crecimiento rápido será más delgada que si tiene un crecimiento lento. Una estalactita crece al año un volumen entre 1 y 2 cm de estructura cristalina. La formación de la estalactita se ve favorecida por la lentitud del goteo, que favorece la marcha del CO2 y del agua, y de la constancia de una temperatura de 12 a 14 ºC en la cueva.
La cantidad de CO2 en el agua depende de su concentración en la atmósfera y de la temperatura ambiental. Por ejemplo la presencia de materia orgánica en el suelo aumenta notablemente la concentración de este gas. Asimismo hay una relación inversa entre la temperatura ambiente y las cantidades de CO2 que puede contener el agua. En nuestra región aunque no hay mucha materia orgánica en el suelo, las temperaturas medias anuales no superan los 14 o 15 grados centígrados y el agua puede contener altas concentraciones de CO2, entonces el ácido resultante es más agresivo y disuelve la calcita a mayor velocidad.